lunes, 10 de enero de 2011

Autofotoretrato

CONTRADICCIÓN.

Siempre que tengo que describirme nunca sé por donde empezar. 
Si tuviera que resumirme en una sola palabra sería: contradicción.


Colócate frente a las gafas. Observa detenidamente. ¿Quieres continuar?
Abre la tapa, no pierdas atención. Esa que ves ahora, esa soy yo.

***


Las gafas a rayas son el escondite perfecto.
Al principio es difícil distinguirme; los más perceptivos podrán quizá intuir la figura dibujada tras las líneas, los más apresurados preferirán un indiscutible "tímida" como impresión inicial. 
Con estas gafas mágicas intento complacer a los primeros; resistirme a los segundos.
 A primera vista todos somos altos o bajos, guapos o más bien feos, atractivos o desagradables, gordos o flacos, tímidos o lanzados... Inagotables cualidades que, en definitiva, no presentan diferencias, sirven para uniformar. Para señalar lo contradictorio, lo que en realidad nos diferencia de los demás, es necesario arriesgarse -abrir las gafas- dar un paso más. Sólo así podremos apoderarnos de eso que nadie más tiene, de esa minúscula parte diferencial.






No hay comentarios:

Publicar un comentario